México ausente de Davos

Contrasta la falta de interés del gobierno de López Obrador con los de países como Ecuador, Colombia, Costa Rica o República Dominicana, cuyos presidentes estuvieron presentes en la reunión.

Lo desconexión mexicana del mundo continúa. Efectivamente, no hubo delegación del gobierno federal de México en la última Reunión Anual del Foro Económico Mundial llevada a cabo en Davos, Suiza. No se conoce con certeza la causa pero todo hace suponer que al obradorismo no le importa participar en los grandes debates mundiales. Quizás también es una cuestión simbólica, pues fue en una de estas reuniones donde se fraguó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte que cambió el destino de México.

Contrasta la falta de interés del gobierno de López Obrador con los de países como Ecuador, Colombia, Costa Rica o República Dominicana, cuyos presidentes estuvieron presentes en la reunión o de Brasil y Perú, que enviaron representaciones ministeriales. Y esto solo para referirnos a América Latina. En su presente edición el Foro contó, ni más ni menos, que con 2,659 participantes oficiales, la mayor asistencia en la historia desde que hay reuniones. A esto se deben agregar 30,000 visitantes no acreditados, en busca de oportunidades de negocios. Se trató de la primera reunión enteramente presencial después del fin de la parte más severa de la pandemia.

Todo esto quiere decir que la tendencia populista hacia la autarquía se encuentra en plena retirada. La reapertura china hace pensar que, a pesar de los pronósticos, la economía global no sufrirá una crisis tan grande como se pensaba. Un moderado optimismo permeó durante la reunión, debido en parte a la reciente disminución de la inflación y el anuncio del aumento del consumo. Aún así continúan existiendo varios focos rojos, como la continuación de la guerra rusa en Ucrania y sus efectos en los mercados energéticos, la persistencia de la inflación mundial y las altas tasas de interés, la pérdida de empleos a nivel global, así como los déficit fiscal en que han incurrido muchos gobiernos como resultado de los esfuerzos por enfrentar la pandemia.

Un par de temas que han estado en la cabeza de muchos es, por un lado, el cambio climático y sus consecuencias a corto y largo plazo. Por otro lado, la cuestión de la ciberseguridad entraña cada vez más un riesgo mayor para los Estados y las empresas.

El Foro Económico de Davos también es una plataforma para conocer las ideas sobre los desafíos que enfrenta la humanidad por parte de pensadores e intelectuales de alto calibre. Destacó, me parece, la intervención del historiador Israelí, Yuval Noah Harari, quien nos alertó sobre la manera en que, a través de la ingeniería biotecnológica, la evolución natural de las especies está dando paso al diseño humano de la vida orgánica e inorgánica. Las consecuencias positivas y negativas de esta revolución tecnológica deben tomarse en cuenta por parte de los líderes mundiales, pues lo que está en juego es el fin del ser humano tal y como lo conocemos.

Existe un consenso entre los participantes en que se necesita una acción colectiva para enfrentar los nuevos y viejos desafíos. La cooperación entre gobiernos y el sector privado se ve como el mecanismo privilegiado para continuar con un diálogo civilizacional rumbo al futuro. Pero México no debe seguir siendo el ausente en los foros mundiales donde se gesta el porvenir. Ya es hora de dejar de picarnos el ombligo.

Expansión

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