La diplomacia mexicana esta aislada

Desde estar aislados de foros como el G20, hasta la desafortunada carta enviada recientemente al gobierno chino, el obradorismo ha demostrado que su política exterior es desordenada, desorganizada y espontánea. Ya es tiempo de que esto cambie por el bien del país.

La diplomacia mexicana también está aislada de lo que se discute en foros relevantes como el G-20 y otras instancias multilaterales.

La política exterior del obradorismo contiene una contradicción fundamental: es a la vez muy ideológica y muy caótica. Por lo primero, es posible entender la relación amistosa del gobierno mexicano con regímenes autoritarios en todo el mundo, en particular con varios en América Latina.

Por lo segundo, sin embargo, la política exterior de López Obrador es desordenada, desorganizada y espontánea.

Esto se explica, en parte, por el ataque que ha realizado el actual régimen contra el Servicio Exterior Mexicano, al que ha maltratado desde que asumió el poder en 2018. Así, el Canciller Ebrard y el Presidente López Obrador han quedado aislados de la gente que conoce más de los asuntos internacionales, dentro de su propio Gobierno. Esto explica muchos de los desatinos de la diplomacia obradorista.

Otra razón que da cuenta de la crisis de nuestra política exterior es el miedo del presidente a viajar y a relacionarse con otros líderes mundiales. Así, la diplomacia mexicana también está aislada de lo que se discute en foros relevantes como el G-20 y otras instancias multilaterales.

El último episodio donde esto se reveló fue la desafortunada carta dirigida al premier chino que hizo pública recientemente el mandatario mexicano, ni más ni menos que en una mañanera.

Es difícil pensar que diplomáticos profesionales hubieran estado de acuerdo con dar a conocer públicamente esa misiva, o, de hecho, con su sentido y redacción.

Se trató, sin duda, de una pifia diplomática que muestra el amateurismo del Presidente. Nada más alejado de la conducta de un estadista que la forma en que se trató el asunto.

En primer lugar, la publicación de la carta fue una indiscreción, pues su contenido revela asuntos, cuya revelación pública no necesariamente estuvo acordada con los gobiernos estadounidense y chino. Seguramente ambos gobiernos enviarán en los próximos días una nota de extrañamiento o su equivalente a la Cancillería.

En segundo lugar, la carta se contradice al decir, por un lado, que el Gobierno mexicano cuenta con toda la información respecto al tráfico de fentanilo, mientras que, por otro lado, le pide información relevante sobre esto al gobierno chino.

En tercer lugar, el contenido de la carta tiene el efecto de atizar el enfrentamiento entre Washington y Beijing. Así, el gobierno mexicano no está cumpliendo con su tradicional diplomacia en favor de las relaciones pacíficas entre los pueblos.

El efecto es el de un elefante en una sala de cristal. Pensando sólo en sí mismo y en el corto plazo, el Presidente interviene en desarrollos políticos de nivel mundial de los que no entiende nada.

Sabremos pronto si habrá consecuencias de este desafortunado incidente. Lo que es cierto es que, con este gobierno, México se ha aislado de las grandes discusiones globales y que, por ello, sus acciones son contraproducentes. Creo que ya es tiempo de que esto cambie para bien del país.

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