Adultos mayores

La falta de solvencia de quienes llegan a la tercera edad, demanda un incremento de la pensión para el bienestar de las personas adultas mayores del gobierno. Debe triplicarse para los que están en pobreza extrema.

La falta de solvencia de las personas de la tercera edad hace imperativo un redimensionamiento de la Pensión para el bienestar de las personas adultas mayores que hoy entrega el Gobierno Federal.

La solvencia financiera de los adultos mayores, es uno de los temas cruciales en las sociedades modernas. Algunos países como Japón, aún cuando enfrentan el problema de una población que se encuentra envejeciendo demasiado rápido, han sabido ofrecer a sus habitantes, además de un buen sistema pensionario, servicios de salud, educación y atención a la gente mayor, de manera efectiva.

Aunque los gobiernos postrevolucionarios establecieron un sistema de bienestar social, éste siempre fue insuficientemente financiado, mal administrado y con servicios de mediocre calidad.https://d-34429812492994241564.ampproject.net/2401191523000/frame.html

En la actualidad, la pirámide demográfica de nuestro país muestra que todavía somos un país esencialmente joven, aunque en algunos años el sector de adultos será el más grande. Lo que quiere decir que en las próximas décadas existirá una creciente demanda de servicios sociales para adultos mayores.

La solución pasa, indudablemente, por tener gobiernos bien administrados, que hagan rendir los recursos, para ofrecer servicios públicos de calidad, especialmente a grupos vulnerables, como lo son los adultos mayores.

Por ello, en los próximos años se necesitará entregar un Ingreso Básico Alimentario y establecer un Sistema de Salud Universal y Homogéneo, con personal calificado e instalaciones adecuadas a las necesidades de los derechohabientes.

La propuesta es que cada persona tenga una Tarjeta Universal de Salud que le brinde acceso a cualquier institución pública o privada que sea parte del Sistema.

Pero eso no basta. La grave situación de falta de solvencia de las personas de la tercera edad hace imperativo un redimensionamiento de la Pensión para el bienestar de las personas adultas mayores que hoy entrega el Gobierno Federal.

Por eso, respaldo la propuesta de Unid@s para que se triplique para personas mayores en pobreza extrema y se duplique para las personas en pobreza moderada.

Aunque indispensables en las próximas décadas, hay que decir que las transferencias de efectivo o apoyos sociales no agotan el abanico de recursos que tiene una sociedad para brindar seguridad social.

Por ejemplo, resulta indispensable aumentar las aportaciones del gobierno federal a las Administraciones del Ahorro para el Futuro (Afores). La reforma pensionaria que se concertó entre el sector privado, las organizaciones sindicales y el gobierno hace unos años, solo contempló el aumento de las aportaciones patronales.

Actualmente, no son suficientes para garantizar a las y los mexicanos una vejez digna. Lo contrario parece ser lo cierto: la falta de aportaciones suficientes tendrá un efecto negativo, dado que los próximos trabajadores que se jubilen pasarán a la pobreza.

De continuar esta tendencia, la población nacida en los 70s, que actualmente ronda entre los 30 y 40 años de edad, serán los inmediatamente afectados. Por ello, el próximo gobierno federal debe atender a los pensionistas de una manera mucho más eficaz, empezando por aumentar los recursos canalizados a las pensiones individualizadas.

Para avanzar a un México Ganador para todos y todas, se necesita sin demora de una política de estado con visión integral y de largo aliento, que contemple que todos los ciudadanos del País, encuentren en el otoño de su vida, condiciones básicas de bienestar.

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